Por: Juan

El post es muy acertado. El debate sobre Monsanto no es sobre sus OMG, ni sobre el glifosato que los puso en el mundo, si no sobre sus estrategias, que dicen ustedes que son abusivas y su tamaño, que parece hacerle más influyente que los países.
La crítica se le acaba haciendo a lo que se come, sin valorar que hace 70 años la población humana era, en 1950, 3 veces inferior a la de ahora. Los nitratos, la contaminación, la pérdida de valor ecológico, el calentamiento global son un problema ineludible, pero sinceramente habría que mirar con cuidado las conclusiones finales, que en este planeta lo que falta no es conciencia, lo que empieza a sobrar es gente. Porque díganme a cuantos podemos alimentar si todos comemos ecológico y éticamente producido. Viven ustedes en ciudades de 4 millones de habitantes y quieren comer todos carne de una vaca que ha pastado libre toda su vida comiendo de unos pastos que no han recibido jamás un gramo de nitratos ni una gota de agua que pudiese vaciar una cuenca o esquilmar un acuífero. Cuantas vidas creen que tendría que vivir esa vaca para reaportar todos los nutrientes que saca de los pastos? Y cuanta superficie requeriría esa vaca para dar unas buenas chuletas? Y cuantas provincias de Ávila, de pastizales azarosos, habría que reservar y cuantas vacas para dar de comer a una ciudad como Madrid?
Neil Young es parte de nuestra conciencia y hace bien en dar voz a sus desvelos sociales, pero lo habitual es ser de la cultureta y seguir las directrices haciendo campaña por temas que desconocen y da mucha grima que nadie de ese mundo sepa darle el contrapunto.
Hay mucho nazi de mira corta y no saben que lo son